Blogia
sorprendida

No más torres sin cimientos, por favor

Semana Santa extraña. Bien distinta a la de otros años. Con un nuevo sabor. Más tranquila de lo que planeaba que fuera, eso sí. Se supone que esta semana iba a estar como loca con preparativos para el "gran día". Gracias a Dios que ese "gran día" no va a llegar finalmente, porque habría sido en su lugar el día del gran fracaso.

Por suerte, puedo disfrutar ahora de grandes días a diario. Y me siento muy, muy afortunada. Si bien, me han desplazado de mi posición natural, hecho que se hace aún más evidente estos días, debo decir que mi empresa estaba sobredimensionada. Tras la crisis, la estoy restructurando y me doy cuenta de que el problema de fondo, manteniendo los términos mercantiles, residía en la Dirección de Recursos Humanos, que dio demasiada responsabilidad a empleados no cualificados. Por ello, en la adversidad todo se vino abajo como una torre de naipes. Ahora estoy recogiendo las cartas y barajando de nuevo. Preparada para volver a empezar.

Deliberadamente, no voy a hablar de la Semana Santa, pues mis convicciones me impiden hablar de algo tan importante para mí, en un blog como éste, pero sí que debo decir, que ojalá estos días me inspiren y aprenda a dejar de mirar todo bajo mi punto de vista. Ojalá deje de una vez de darle vueltas a tonterías, a torres sin cimientos y me centre en lo que importa verdaderamente. Que así sea.

0 comentarios