Blogia
sorprendida

Que me tiemblen las piernas

Que me tiemblen las piernas

Las reglas del juego han cambiado. Pero yo no me había dado cuenta hasta ahora. Hasta que sin más, me besaste. Y siete años después me tiemblan las piernas como si fuera una colegiala.

Me siento extraña, ahora que me has cogido de la mano y me has atraido hacia tí y me has besado. Y te has justificado de una manera tan tonta y no he podido evitar sonreirme. Y desde entonces no me encuentro bien. Estoy nerviosa y agitada y pienso a menudo en tí.

A ratos me encuentro inmensamente feliz, pues necesitaba sentir un cariño honesto. Y entonces me doy cuenta de que no me gustas, que sólo te necesito porque me siento sola y que si seguimos adelante va a ser un fracaso.

Y en cambio en otras ocasiones, pienso que de vez en cuando no está mal dejarse llevar. Que quizá no te necesite y me gustes más de lo que imagino. Pero apenas te conozco.

Ya había notado cómo me mirabas, aunque hubiera más personas delante, y cómo ibas a buscarme a dónde sabías qué podría estar. Y si no te veía el día parecía más largo. Y si no discuto contigo, nada tiene tanta gracia.

Pero me besaste. Demasiado pronto, quizá. Y ayer pensaba que no me llamarías, pero lo hiciste. Y me sentí bien. Pero defifnitivamente me besaste demasiado pronto, porque la conversación fue más bien tonta y fría. Aún así, noté tu voz más cálida que nunca, y me hubiera gustado estar junto a tí, para que volvieras a cogerme de la mano y me llevaras por las calles de la ciudad en la que me besaste, como la otra noche. Y que mis piernas volvieran a temblar.

2 comentarios

sorprendida -

Muchas gracias, June y bienvenida a mi ciberhogar. Lo cierto es que al final no vamos a intentarlo (por el momento). Pero no pasa nada, quizá mejor así. Por ahora vamos a ser tan sólo amigos.

june -

Vive el momento, me has recordado cómo empecé con mi pareja y mira...momento a momento llevamos 10 años :) Date/daros la oportunidad, tal vez ahí esté tu felicidad y si no es así al menos no podrás reprocharte a ti misma no haberlo intentado siquiera, mucha suerte