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sorprendida

Marcando Territorio

Lo que son las cosas. No me llamó, no. Y yo a él, tampoco. Aguanté como una campeona. Con un cabreo del quince, pero aguantando. Hasta el sábado por la noche. A las nueve, cuando ya me preparaba para salir. Me llama y me pregunta que si voy a salir. Y a mi me hace gracia, porque me da la sensación (y mi amiga llega a la misma conclusión) que sólo quería marcar territorio. Porque el por supuesto, no podía quedar.

Pero bueno, eso son tan sólo nimiedades en comparación con el hecho de que al final me han destinado al mismo centro en el que le conocí y que voy a compartir un curso completo junto a él. ¡Qué alegría, qué alborozo!

Y ahora, yo me pregunto: ¿será que el destino es  tan caprichoso como obstinado y debo dejar de luchar contra él? ¿o será por el contrario una prueba de fuego para que corra aún más?

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